Algunos empresarios italianos y españoles, nos han explicado cual es el impacto de la crisis en su actividad y las acciones que están pensando poner en practica cuando todo empiece a reactivarse.

La Semana Santa es el punto de partida de la temporada de verano, pero este año las expectativas de los empresarios en general están muy comprometidas; no se sabe si la temporada estival comenzará y cuándo, es una situación complicada para todos.

Después de la primera fase de shock, replantear un nuevo estilo de vida y de trabajo (teniendo en cuenta no solo la economía sino también los problemas de las personas) se aparenta cada vez más a “la búsqueda del Santo Grial”. Se espera cero facturación en la hostelería y el turismo, los sectores que más sufren actualmente porque les falta la sangre vital, es decir, la gente.

En Italia y España, los países donde más se están notando los efectos del paro en seco de la actividad económica, habrá una revolución del mercado del trabajo durante unos meses, para ser realistas hasta la primavera del año que viene.

“Necesitamos apurarnos y tomar decisiones inmediatas, lo que aparentemente la Comunidad Europea todavía no ha pensado hacer – comenta Massimiliano Giansanti Presidente de Confagricultura – como por ejemplo un acuerdo para promover la libre circulación de personas, en concreto de los trabajadores ocasionales dentro de la UE, a pesar de la emergencia de Covid; flexibilizar al máximo y eliminar, según el sector, la rigidez normativa y fiscal, menos burocracia y reconversión para empresarios y trabajadores en muy poco tiempo (pensad en la cantidad de camareros o porteros de hoteles que se han encontrado de golpe sin trabajo), actuando como en una economía de guerra”.

El daño al sector turístico es más evidente porqué tiene problemas como el bloqueo total de las ventas; otros sectores especialmente en crisis son los de los productos frescos, que están teniendo excedentes porque la gente no va tanto al supermercado y los compra menos (en Italia, por ejemplo, la leche de búfala utilizada para la mozzarella de búfala de la Campania la están tirando o es para los cerdos); el sector de las flores frescas está literalmente de rodillas (20 millones de euros por día de pérdidas); la cosecha de fresas se verá afectada si no se encuentra la fuerza laboral y así sucesivamente.

¿Que pasa en el sector de la trufa italiana?
En Italia, los pequeños empresarios son hostigados por el IVA y las autoridades fiscales, los bancos no brindan ayuda, el turista nacional es mínimo en comparación con el mercado extranjero. No obstante, se trata de un sector que en principio no necesita ayuda, está a la espera que todo termine pronto y que vuelva el flujo del turismo.  
En otoño empieza la temporada de la trufa blanca, por lo que les da exclusividad y después comienzan antes que España. La trufa negra de verano será una pérdida para todos, aunque esta variedad no se considera muy rentable por lo general. Además, el turista que come trufa negra en Italia no es tanto.

“La gente nos conoce y nos respeta” – nos comenta Marco Varaldo – que trabaja como “trifulau” en la zona de Langhe-Roero en Piamonte.

¿Que impacto tiene la crisis del corona virus en tu actividad?
“Actualmente estoy bloqueado, nosotros trabajamos un 95% con turistas extranjeros, por lo tanto hasta que todo vuelva a la normalidad y la gente pueda viajar, todo está pospuesto. La temporada de primavera-verano salta automáticamente, hasta el otoño no creo se reactive nada; luego reanudaremos las actividades pero creo que trabajaremos en pequeñas cantidades. Seguro que este año, antes de que reabran todo, perdemos también los turistas de América, que tardarán más que otros en venir en Italia”.

¿Que estas haciendo ahora para paliar este paro inesperado?
“Agradeciendo de que estemos en la temporada baja, estoy entrenando a dos cachorros y me dedico a limpiar los bosques y las truferas naturales; ahora tengo más tiempo para mirar esas cosas que, generalmente, debido a la prisa, no puedo dedicarme a tiempo completo.
También estoy experimentando con árboles más resistentes para la reforestación, y a mis amigos botánicos les consulto sobre qué, dónde y cómo replantar.
He reservado unas cuantas plantas de álamo “carolina”, que una vez había mucho por aquí y daban buena madera para trabajar, pero como no crecía rápido lo quitaron.
Ahora se han dado cuenta de que este árbol es el que produce la mayor cantidad de trufas en las colinas. Estamos así tratando de recuperar el medio ambiente en el área de las Langas, saqueado por la viticultura y el cultivo de las avellanas, además del uso descontrolado de química y herbicidas que han matado a las truferas naturales”.

¿Que piensas hacer después de la crisis?
“Estamos en contacto con nuestras agencias en todo el mundo, disponibles a retomar en cuanto sea posible nuestra actividad. En mi opinión, la reactivación tomará un par de años y el turismo familiar cobrará más protagonismo; creo que el turista irá cada vez más a mirar lo pequeño, donde hay menos aglomeración de personas.
El pequeño emprendedor se recuperará más pronto, pero siempre depende de la actividad que tengas. Los restauradores por ejemplo tendrán que pensar en las masas de personas y que estén bien controladas; en lugar de 50 personas tendrán que poner 30, y será más difícil para el restaurante recuperarse económicamente”.

¿Y la trufa negra española?

Algunos empresarios del sector gourmet y de la trufa están ahora un poco desanimados, esperaban participar en ferias importantes como Salón Gourmet en Madrid y Alimentaria en Barcelona, pero todo se ha anulado y aplazado para más adelante. También se han paralizado las exportaciones al continente asiático y las ventas a los mercados y las tiendas han bajado mucho, no hay turistas y el producto gourmet ahora no esta muy demandado. Sobre todos los que comercializan productos, para ellos es como empezar de cero.
Por contra, los truferos son más optimistas. Por cuestiones climáticas, la temporada de la trufa fresca de este invierno ha acabado muy pronto, pero de momento la próxima temporada pinta bien por el tiempo y el agua que ha caído, también de cara a la producción de verano. Para finales de junio piensan que el mercado se reactiva, aunque hay dudas de si las ferias de la trufa de verano tendrán participación, ya que la psicosis de la gente hacia el corona virus puede influir. De cara a la trufa de invierno Tuber Melanosporum, la próxima temporada la ven como en un horizonte lejano, y no les preocupa mucho.

“Estábamos en plena actividad,cumpliendo con el envío de los pedidos, alguna exportación a Singapur y participando en las ferias del sector; regresamos el 8 de marzo de Bilbao y acto seguido empezó el paro” nos cuenta Rosa – empresaria y co-directora deFruits de la terra”.

¿Que impacto tiene la crisis del corona virus en tu actividad?
Íbamos a colaborar con un comercial italiano para ampliar nuestro mercado y hemos tenido que suspenderlo todo; me sabe mal ofrecer el producto a la gente porque me pregunto ¿Quien va a gastar en la trufa ahora? El online va entrando algo, pero para nosotros es un servicio mas, lo fuerte son las ferias, los mercados, las tiendas”.

¿Que estas haciendo ahora para paliar este paro inesperado?
“Estamos trabajando todo interno con documentaciones, tramitando el sello de Parque Natural de la comunidad Valenciana (las empresas que están situadas dentro del parque pueden solicitarlo); también la documentación de plantación ecológica, y pasar auditoria del sello IFS de calidad, muy valorado en UE porqué da mas confianza al consumidor. Aprovecho también programando recetas para el blog”.

¿Que piensas hacer después de la crisis?
“Cuando se pueda salir, visitaremos todos los clientes, rápidamente nos pondremos con el tema comercial, ideando alguna oferta para ir calentando motores y para que la gente se anime un poco. Queremos reforzar los lazos con los clientes que tenemos, y esperamos que el turismo, a partir del mes de junio, aumente un poco el local y nacional; nosotros pensamos hacer alguna actividad con la trufa de verano”.

Jesús Martínez de Trufas Iantar, por su parte nos explica:
“Yo estoy en casa en Palencia, en la montaña no me dejan salir a buscar setas pero se puede seguir cultivando”.

¿Que impacto tiene la crisis del corona virus en tu actividad?
“Estuvimos en la ultima feria de Abejar y a partir de allí todo anulado, estaba preparado para ir al Salón Gourmet de Madrid, pero nada. Vendo a tiendas gourmet on-line, aceite trufado, queso trufado, crema de queso, pero es una pequeña parte, no tengo ningún cliente en el mercado internacional, yo vendo todo nacional. Por suerte que el producto elaborado aguanta bien, pero sí, tiene efecto que no se consuman muchos productos trufados ahora, los restaurantes especialmente”.

¿Que estas haciendo ahora para paliar este paro inesperado?
“Estamos a la espera del Salón Gourmet, si es que lo van hacer en junio, servicio a tienda y ya esta”.

¿Que piensas hacer después de la crisis?
“Me gustaría tener un poco de previsión para recoger trufa sobre pedido para los restaurantes; y hacer un pequeño grupo de truficultores con plantaciones entre Palencia, Valladolid y Soria, para vender on-line ofertando buen calidad”.

¿Que sugerencias tienes para el sector trufero español?

“El fresco es un producto muy volátil en el mercado que trabajamos, los agricultores piden apoyo y se están quejando de que producen y venden a precios irrisorios. Este año se están plantando miles de hectáreas de plantas truferas, con una garantía absoluta de que van a recoger. 
Hay y habrá aún más toneladas de trufas en comercio, mientras la industria española no esta preparada para diversificar productos, como por ejemplo en Francia o en Italia. Todo el invierno hemos vendido además trufa negra Melanosporum de Australia, en China ya están produciendo Melanosporum y nos van a pegar una.

Hay que hacer toda la elaboración en España, hay un margen grandísimo en toda la cadena de trasformación, y luego buscar compradores fuera.
Además aquí no saben como comer la trufa, y los restaurantes no la saben preparar ni manejarla. Si piensas en todas las cosas que se pueden hacer con ella, el coste al final es mínimo.

El problema no es la trufa en si, es que ya no saben ir mas allá, muchos están jugando a empresario pero no saben ser empresarios. En el Congreso de la trufa en Soria, por ejemplo, este año había muchas estrellas michelín; todo esto cuesta una pasta y no llega. Yo diría menos estrellas y mas contacto real, las meteduras de pata son impresionantes.
En fin, no se puede hacer un reino de Taifa, donde cada uno dice que lo suyo es mejor, hay que hacer un mercado común”.